jueves, 27 de marzo de 2014

EL BARRIO DE SAN JULIAN III.



LA CRUZ DE FORJA.
         

          Al lado de la iglesia, donde la calle de San Julián se ensancha formando una especie de plazoleta, se encuentra la Cruz que da título a este escrito, es una cruz de hierro forjado sobre un pedestal de ladrillos y unos escalones.

          Tiene unos bancos de hierro a su alrededor y me siento en uno de ellos a contemplarla.
          Esta cruz, situada en donde estuvo el cementerio de la iglesia de San Julián, me hace meditar y recordar, que antes de que a los fallecidos se les enterraran en los cementerios municipales, los enterramientos se efectuaban en las parroquias.
          Pero eso sí, aunque la muerte nos iguala a ricos y pobres, y a todos por igual nos convierte en polvo, en las sepulturas siguen las diferencias, dentro de la iglesia incluso con capilla propia se entierra a los poderosos, a los pobres en el exterior.
           Hace años, era frecuente encontrarse estas cruces en el centro de algunas plazas, el urbanismo y el tráfico las fueron eliminando, muchas se perdieron y otras, pocas, aún se pueden ver en algunas fachadas de las iglesias.
Pero, la historia de esta cruz es peculiar, la primitiva que presidia el cementerio, se encuentra en el compás de la iglesia del Silencio, esta que vemos, colocada en 1940, proviene de la extinguida parroquia de Santa Lucía.
          Aún hubo otra cruz, también perdida, colocada en 1649 cuando la famosa peste que diezmó la población sevillana.
          He descansado viendo la cruz, y ahora continúo el paseo por algunas de las calles del barrio.
          Me gusta pasear por ellas, porque son calles tranquilas sin tráfico, estrechas, largas y torcidas.
          Lira e Hiniesta que se unen entre sí, con sus retorcidos ángulos y recodos son de las calles más irregulares de Sevilla, ambas eran conocidas antiguamente con el nombre de Rasca Viejas, porque en ellas vivían los espaderos y cuchilleros que se dedicaban a la limpieza de espadas viejas[1].     
          Como curiosidad, para terminar diré, que la mayoría de las calles de este barrio de San Julián, comienzan o finalizan en algún edificio religioso.
          La calle Duque Cornejo termina en la calle San Luis frente a la iglesia del mismo nombre; Hiniesta en el convento de Santa Isabel en San Marcos; sí entráis por Moravia y Juzgado hasta la plaza del Pelicano llegareis a Santa Lucía; Por esta calle de San Julián en la que estamos, y siguiendo por la de Madre Dolores Márquez[2] se llega a San Hermenegildo y Capuchinos.
          Mañana recorreré el Pasaje Mallol hasta el convento de Santa Paula al que quiero hacer una visita.










[1]  VÉASE LAS CALLES DE SEVILLA DE SANTIAGO MONTOTO.

[2]  LA MADRE MARÍA DOLORES MARQUEZ ES LA FUNDADORA DE LA ORDEN DE RELIGIOSAS FILIPENSES CON SEDE EN EL CONVENTO DE SANTA ISABEL.

domingo, 23 de marzo de 2014

BARRIO DE SAN JULIAN II LA CUARESMA


LA CUARESMA.
VIRGENES DE HEBREA.
      
       Me encuentro en la iglesia de San Julián, observando la imagen de la Dolorosa de la Hiniesta que viste de hebrea, claro me dije, estamos en Cuaresma y en ella las Vírgenes Dolorosas se visten de esta forma.
          Mirando a la Virgen, recuerdo mis tiempos juveniles, cuando preguntábamos: ¿Abuela, que significa la Cuaresma? ¿Abuela, porque la Virgen viste de forma tan distinta a lo habitual?
          Os diré, la Cuaresma preludio de la Semana Santa, es un periodo de cuarenta días, desde el Miércoles de Ceniza hasta el Domingo de Ramos con la entrada del Señor en Jerusalen.
           En la Cuaresma se recuerdan los cuarenta días que Jesús pasó en el desierto, en ayuno, meditación y oración, resistiendo a las tentaciones del demonio.
          Como curiosidad os diré, que el cuarenta es un número simbólico en la Biblia, el Diluvio Universal duró cuarenta días y cuarenta noches; Moisés en la montaña estuvo cuarenta días; el pueblo judío marchó cuarenta años por el desierto. Puede que haya algún cuarenta más, pero ahora no lo recuerdo.
          Concretando, la Cuaresma es tiempo de meditación y reflexión, de cambiar para ser mejores, de arrojar de nuestros corazones el rencor y la envidia, ustedes mis nietos, aún sois muy jóvenes y tenéis los corazones  puros, espero que esto que os digo, lo recordéis cuando seáis mayores.
          Las Vírgenes de hebreas. Siendo la Cuaresma días de sobriedad y austeridad, con estas vestimentas sin ningún tipo de ostentación, sin joyas, bordados, encajes o corona, se representa a la Virgen sencilla y humilde, con los vestidos propios de la esposa hebrea de un carpintero de hace dos mil años.
          Pero, fijaos en los colores, son solamente tres, azul, rojo y blanco, las mujeres hebreas vírgenes vestían ropas de color granate y las que eran madres de color azul, el blanco como complemento de los vestidos.   



AZULEJO DE LA VIRGEN DE LA HINIESTA VESTIDA DE HEBREA.
          Por ello, la Virgen al ser virgen y madre, viste los dos colores, manto azul y saya granate, completa el atuendo con el tocado y rostrillo de color blanco y a la cintura un fajín de rayas de colores  rematado por flecos.
          Juan Manuel Rodríguez Ojeda el bordador y diseñador que transformó la Semana Santa con los cambios que introdujo en la Hermandad de la Macarena[1], también estuvo muy vinculado con la Hermandad de la Hiniesta, a la que bordó manto de salida, palio  y otros enseres.
          Precisamente de sus manos,  salieron los vestidos de hebrea para la Virgen de la Hiniesta, la primera Dolorosa en usar estas ropas.
          Se dice, que en los años 20 del pasado siglo, el vestuario de esta Virgen era bastante escaso, el talento y la portentosa imaginación de Ojeda, idearon una forma sencilla pero elegante de vestirla, incluso el tocado o rostrillo se lo hizo con papel de seda y fue tanto el éxito, que en pocos años se popularizó de tal forma, que en los días de Cuaresma prácticamente todas las Dolorosas se visten de Hebrea.


         




[1]   VÉASE EN ESTE BLOG RODRIGUEZ OJEJA Y LA MACARENA I Y II DEL 14/1/2014.

viernes, 21 de marzo de 2014

EL BARRIO DE SAN JULIAN I.


LA IGLESIA DE SAN JULIAN.
LAS DOS HINIESTAS.

          Hoy quiero pasarme por el barrio y la iglesia de San Julián, desde Santa Lucía encamino mis pasos hacia la Plaza del Pelicano, denominación arbitraria, ya que no se sabe el porqué de este nombre, plaza poco acogedora, sin jardines, fuente o bancos donde sentarse, tan solo la adornan unos pocos naranjos.      
          Continúo por las calles Juzgado y Moravia hasta llegar a la iglesia.
          La iglesia de San Julián es otra de las veinticuatro parroquias de Don Remondo, abiertas al culto después de la reconquista y restaurada en el siglo XIV.

          La portada  es de estilo gotico-mudejar, con gran arco abocinado, y en la parte alta tres pequeñas esculturas de piedra sobre repisas y cubiertas con doseletes, la central representa a la Virgen con el Niño, todo el conjunto se remata con una cornisa con cabezas de canes.
          A cada lado de la portada dos azulejos de cerámica con la representación de las imágenes de la Hermandad, la Virgen de la Hiniesta Dolorosa vestida de hebrea y el Cristo de la Buena Muerte.
          Esta iglesia sufrió un grave incendio, de grandes pérdidas en 1932,  imágenes, altares, obras de arte y ajuares fueron pacto de las llamas. Solo se salvó del fuego algunos enseres, el retablo y la Inmaculada Concepción procedentes de la iglesia de Santa Lucía.
           
            Dos son las imágenes con la advocación de la Hiniesta, que encontramos en esta iglesia (Ambas son copias realizadas por el imaginero Antonio Castillo Lastrucci, las originales se perdieron en el incendio de 1932).
          Una es la Virgen de la Hiniesta Gloriosa que preside el templo desde el altar mayor, y de ella os voy a contar su :
LEYENDA DE LA HINIESTA GLORIOSA.
          Cuenta la tradición: “Que en 1380 el caballero Mosen Per Tous, cuando se encontraba cazando en los montes catalanes, encontró entre unos arbustos de retama o hiniesta, una imagen de la Virgen con el Niño en brazos, a sus pies   un cartel que decía:     Soy de Seviila, de una capilla junto a la Puerta de Cordoba.
          El caballero la trajo a nuestra ciudad, depositandola en la iglesia de San Julian la más proxima a dicha puerta.

LA VIRGEN DE LA HINIESTA GLORIOSA.
          La imagen, conocida desde entonces como Virgen de la Hiniesta,  entró en el templo por esta puerta  del evangelio, tapiada desde entonces para que nadie pueda entrar por ella”.
          Un azulejo colocado sobre el exterior de esta portada, nos cuenta dicha historia.
          Algunos antiguos autores remontan, sin ningún fundamento, esta leyenda al siglo I.  
          Creen que esta imagen, encontrada en los montes catalanes en el siglo XIV, es la misma que con el nombre de Concepción, colocó el año 38 el Obispo San Pio en el altar de la primera iglesia sevillana, situada en los terrenos  del actual convento de Capuchinos.
          Que a principios del siglo V cuando los vandalos invaden Sevilla, para que no fuese profanada por estos bárbaros, fue ocultada en una casa en cuyo solar se levantaría la iglesia de San Julian, donde permanecería hasta el año 711.
          Que ese año, en que los musulmanes entraron en la peninsula iberica, por el temor a que fuese destruida, fue llevada y ocultada en los montes catalanes, donde fue descubierta por Mosen Per Tous.
          La creencia que esta Virgen de la Hiniesta,  fuese la misma del obispo San Pio, es inverosimil, estudios bastantes acreditados, confirman que su hechura es gótica y del siglo XIV, y que pudo ser una donación de Mosen Per de Tous a la parroquia de San Julian[1].
          Así tuvo que ser, ya que en el siglo XIV comienza la gran devoción de Sevilla a la Virgen de la Hiniesta.
          Durante varios siglos el Ayuntamiento sevillano acude en rogativas para pedirle la protección de la ciudad, saliendo en procesion en numerosas ocasiones.
          La gran epidemia de peste de 1649, se cree que finalizó gracias a Ella. El Ayuntamiento ese mismo año la reconoce como protectora de la ciudad, y le constituye un Voto de acción de Gracias Perpetua, que se sigue celebrando todos los ocho de Septiembre, festividad de la Hiniesta.
          Esta Virgén de 1,26 metros, fue coronada canonicamente en 1974, es patrona del Ayuntamiento, lleva en la mano derecha la vara de alcaldesa y una reproducción en miniatura de las llaves de la ciudad, procesiona la víspera del Corpus.
          La otra imagen es la Hiniesta Dolorosa, que por ser de la misma advocación tambien es patrona del Ayuntamiento. Junto al Cristo de la Buena Muerte y la Magdalena procesiona el Domingo de Ramos.
          En el templo su lugar de devoción, es una capilla a la cabecera de la nave de la Epistola.
          Hago esta visita a San Julian en plena Cuaresma, la Virgen colocada en el presbiterio viste de hebrea, como es costumbre vestir a las Dolorosas en estas fechas.      
          EL escultor sevillano Castillo Lastrucci fallecido en 1967, yace enterrado en la misma nave y sobre él un grupo escultorico, obra suya, que representa La Piedad.






[1]  DON JOSE GESTOSO SEVILLA  MONUMENTAL Y ARTISTICA TOMO I, OTROS HISTORIADORES CONTEMPORANEOS SON DE LA MISMA OPINION DE GESTOSO Y LA DATAN DEL SIGLO XIV.

lunes, 17 de marzo de 2014

PERDIDAS DEL PATRIMONIO SEVILLANO EN EL SIGLO XIX




Ayer recordaba al siglo XIX, como nefasto por los muchos atentados y perdidas que causó al patrimonio artístico, cultural y arqueológico sevillano.
En la iglesia de Santa Lucía cerrada por la Revolución de 1868, hemos tenido una pequeña muestra.

Escribo a principios del siglo XXI y muchos de sus conventos, iglesias, edificios monumentales, obras de arte, murallas y puertas de la ciudad hoy no existen, algunos derribados en pro del mal llamado “progreso” que ocultaba la especulación del suelo, otros sencillamente fueron robados, y otros perdidos por la irresponsabilidad de las autoridades.

          Algunos, con mejor suerte no se derribaron, pero fueron incautados pasando a manos de particulares que establecieron en ellos sus almacenes y fabricas, para lo cual los mutilaron con derribos parciales.

          Tanto de los derribados, como los que no lo fueron, las pérdidas artísticas fueron irreparables e incalculables.

           

          Son tres los factores históricos, además de la desidia de las autoridades, causantes de tan grave atentado al patrimonio sevillano, y estos fueron en orden cronológico: La invasión francesa en los años 1810 a 1812, las Desamortizaciones de Mendizábal 1835 y Madoz 1855, y la Revolución de Septiembre de 1868.

EL EXPOLIO FRANCÉS. La expulsión de los franceses costó mucha sangre al pueblo español, pero no se fueron con las manos vacías, sus generales realizaron un autentico saqueo de obras de arte por todo el país.
Aquí, en nuestra ciudad no  fue menos, entre el 1 de Febrero de 1810 que entraron hasta el 27 de Agosto de 1812 que se marcharon, cometieron grandes despojos en nuestro patrimonio artístico. Numerosos conventos e iglesias se derribaron o sirvieron para cuarteles de sus tropas después de ser despojados de sus riquezas. Entre las pinturas, aunque robaron de varios artistas, prefirieron las de Murillo.

En diversas salas de los Reales Alcázares reunieron cerca de 1000 obras que habían confiscado, pinturas de Murillo, Velázquez, Roelas, Pacheco, Valdés Leal, y Alonso Cano entre otros, de las que se llevaron la mitad aproximadamente, algunas se recuperaron y se pueden admirar en el Museo del Prado en Madrid o en el de Bellas Artes de Sevilla, otras están repartidas por museos y colecciones privadas de todo el mundo.

El Mariscal Soult nombrado por Bonaparte Gobernador de Andalucía  fue  tristemente famoso por su rapacidad, llegó a formar con sus irregulares procedimientos de rapiña, una excepcional colección de pintura española, posiblemente la más importante colección privada jamás reunida.

LAS DESAMORTIZACIONES.
En 1835, Desamortización de  Mendizábal, se firma el decreto de suspensión de los conventos con menos de 12 religiosos, pero se buscaron pretextos para poder suprimir otros más numerosos.
1855 Desamortización de Madoz.
Las leyes de desamortización consistieron en enajenar los bienes de las Órdenes Religiosas, llamados “manos muertas” pronto se convirtió,  en una malversación del patrimonio de muchas de estas entidades religiosas.

LA REVOLUCIÓN DE 1868.
La Revolución de septiembre de 1868 fue un levantamiento que supuso el destronamiento  de la reina Isabel II, las Juntas Revolucionarias proclamaron una serie de medidas y libertades, además en pro de la modernidad, se derribaron, murallas y puertas (no todas algunas habían sido derribadas años antes) al ser consideradas inservibles y molestas.
Como consecuencia de su anticlericalismo y por el apoyo de la iglesia a la monarquía, se ordena el derribo, la supresión o el cierre de algunas parroquias y edificios religiosos.

En estas pocas líneas he intentado reflejar, una visión de los atentados y expolios al patrimonio sevillano, de aquel siglo XIX.           Casos como este  de Santa Lucía y aún peores, los voy a encontrar en mi deambular por  Sevilla, de ellos llegado el momento, contaré lo que sepa, pero ahora mi intención es haber hecho  un repaso general.


viernes, 14 de marzo de 2014

IGLESIA DE SANTA LUCIA



          Muy cerca de la Casa natal de Santa Ángela de la Cruz, se encuentra  la que fuera iglesia de Santa Lucía.
        Cuantas veces hemos pasado indiferentes, sin prestar la más mínima atención a este templo. No pensamos, que fue una de las 24 parroquias o collaciones, en que dividió la ciudad el arzobispo Don Remondo, a raíz de la reconquista en 1248 por Fernando III.
          Iglesia fernandina, reconstruida en el siglo XIV en estilo gótico-mudéjar, formó parte del patrimonio histórico-religioso-cultural, hasta lamentablemente el año 1868, cuando la Junta Revolucionaria la cerró al culto religioso.


SANTA LUCÍA ACTUAL SIN TORRE Y SIN LA PORTADA GÓTICO MUDEJAR.
          A partir de aquí,  pasó ruinas y abandono, siendo dedicada a diversas actividades, almacénes, fabrica de fosforo, con la perdida de los techos se utilizó como cine de verano.
          Fue tan grave el maltrato del edificio, que en estado ruinoso perdió la torre mudéjar, que solo podemos conocer por antiguas fotografías.
          Actualmente se encuentra ubicado en ella, el Centro de documentación de las Artes Escénicas de la Junta de Andalucía.
           Gran parte de su patrimonio pasó a la Parroquia de San Julián, bienes que se perdieron en el incendio que sufrió esta iglesia en 1932, salvándose del fuego tan solo la imagen de la Inmaculada Concepción atribuida al escultor Alonso Cano.
Por fortuna, tan bien se libraron del expolio dos piezas muy importantes: la pila bautismal donde recibió el bautismo Madre Ángela, que se puede ver en la casa número 5 de la calle Santa Lucía y la portada principal gótico-mudéjar, que fue colocada en la iglesia de Santa Catalina por mediación de  Don Rafael González-Abreu.[1]
          Los atentados cometidos al patrimonio histórico y cultural en el siglo XIX no fue solo a este templo, fueron por desgracia innumerables, sin ir muy lejos, cerca de aquí, la Puerta del Sol y la parte de murallas que la unía a la Puerta de Córdoba, se perdieron al ser derribadas en 1871.
          Fue un siglo tan nefasto en cuanto a pérdidas de riquezas artísticas y arqueológicas, que el próximo escrito lo voy a dedicar a ese patrimonio perdido y a sus causas.



[1] Rafael González Abreu, nacido en Santa Clara de Cuba en 1864, y fallecido en Sevilla en 1933 fue un mecenas cubano, afincado en Sevilla y amante de la ciudad, compró diversos edificios religiosos destinados a la piqueta del derribo. Uno de ellos fue el exconvento carmelita de los Remedios donde fundó el Instituto de Estudios Hispano-Cubano, también se hizo con las huertas del exconvento dominico de San Pablo, actual iglesia de la Magdalena, para cedérselas al ayuntamiento que las urbanizó creando varias calles, a una de ellas en 1920 se le puso su nombre.
La portada principal de la iglesia de Santa Catalina perteneció a la Iglesia de Santa Lucía y fue donada por él.  Su colección de obras de artes las donó al Museo de Bellas Artes de Sevilla. El rey Alfonso XIII le concedió el titulo de Vizconde de los Remedios.



martes, 11 de marzo de 2014

LOS JARDINES DEL VALLE


       
        Entre la Trinidad y la Puerta Osario, se encuentra este espacio verde, con una riqueza vegetal que comprende más de cincuenta especies diferentes, entre ellas: acacias, jacarandas, palmeras, damas de noche, naranjos, limoneros, eucaliptos, etc.
          Si queréis disfrutar del paseo, en un ambiente lleno de paz y tranquilidad, gozando de la fragancia de sus muchos árboles y flores, en plena ronda del casco antiguo, este es el lugar ideal.
          Nada más agradable que sentarse en un banco y contemplar entre los árboles, el tramo de muralla del siglo XII, que protege los jardines y que formaban parte del recinto amurallado que unía las Puertas de Osario y la de Sol.


          De todos los restos que se conservan del cerco de murallas de la ciudad, este con sus tres torreones, es el segundo en extensión, después de los de la Macarena.
          Estos jardines, y sus edificios hoy desaparecidos, tienen una larga historia que se remonta al siglo XV, cuando en estos parajes, los franciscanos levantan el Convento del Valle.
          Convento que con la Desamortización cayó en poder de particulares, siendo utilizado en diversos menesteres, incluso sirvió como casa de vecinos.
         
          En 1886 la Marquesa de Villanueva lo adquiere para fundar el Colegio del Sagrado Corazón.
          Durante años, el Colegio del Valle, como era conocido, fue un lugar privado y cerrado para el público en general, incluso una tapia ocultaba los jardines, a la curiosidad de los transeúntes que pasaban por la calle María Auxiliadora.
          El Colegio cierra sus puertas a mediados del siglo XX, y a partir de ahí cae en la ruina y abandono, las instalaciones incluida la iglesia, son desbastadas por grupos de vándalos, hasta el punto, que la policía tiene que custodiarlas.
           En 1976 los jardines, son comprados a la comunidad de religiosas, por una inmobiliaria que solicita la licencia para la construcción de viviendas. El Ayuntamiento la deniega, y la Audiencia Territorial en Agosto de 1980, sentencia que la inmobiliaria tiene derecho a construir. Momento crucial para los jardines, están a punto de desaparecer, y convertirse en bloques de pisos.
          Afortunadamente, gracias a la lucha que durante años, mantuvieron movimientos ciudadanos y ecologistas, se pudo evitar tan grave atentado, con el acuerdo entre Ayuntamiento e Inmobiliaria, para pasar los jardines a la propiedad pública y convertirlos en zona verde para todos los que quieran disfrutarlos.
          Imaginaos lo ardua que tuvo que ser la lucha que tuvieron que sostener estos movimientos ciudadanos.
          En la parte interior de la portada principal, una placa de cerámica lo recuerda en su dedicatoria:
A los Ecologistas del Valle
y
a las personas
que hicieron posible
la apertura de este jardín
para el disfrute de todos
los sevillanos y sevillanas.



          Las monjas dejaron en el jardín un monumento dedicado a Santa Rita de Casia, se trata de un retablo de cerámica adosado a un paramento de ladrillos, que se eleva sobre unos peldaños.
          He disfrutado de una agradable mañana, y salgo de los Jardines del Valle, recitando los versos que Aquilino Duque dedicara a la:           
COLEGIALA DEL VALLE.
“VA ENTORNANDO LA CURVA DEL TRANVIA
TUS OJOS SOÑOLIENTOS COLEGIALA.
LENTA LA MADRUGADA DESIGUALA
LAS CLARIDADES…LLUEVE TODAVÍA.

SUBE TU VIDA EN GRISES POR LA ESCALA
DE LA RUTINA Y LA MELANCOLÍA.
TRIANGULO DE SUEÑOS QUE RESBALA
COMO UNA FLOR DE TRIGONOMETRÍA.

QUE LETANÍA DE CONJUGACIONES
AULAS, PASILLOS, INTRANQUILIDADES
DE TUS OCULTAS LÁGRIMAS INTENSAS.

SALTA AL JARDIN DE LAS DESILUCIONES
COLEGIALA SIN FLORES NI CIUDADES,
A JUGAR A LA COMBA CON TUS TRENZAS”[1].



         




[1]  ESTOS VERSOS SE ENCUENTRAN EN UN AZULEJO COLOCADO EN EL INTERIOR DE LA PUERTA PRINCIPAL. SU AUTOR AQUILINO DUQUE NACIDO EN SEVILLA EN 1931, TIENE NUMEROSOS PREMIOS LITERARIOS, ENTRE ELLOS EL PREMIO NACIONAL DE LITERATURA.

miércoles, 5 de marzo de 2014

santa angela de la cruz


SU CASA NATAL.
       
        El dos de Marzo, es día de visita extraordinaria a la Casa Madre de las Hermanas de la Cruz, además de ver a la Santa se contempla la tarima y la celda donde murió hace ochenta y dos años.
          El gentío para entrar al convento, aguarda tres y cuatro horas en colas que se alargan hasta el final de la calle, donde rodeada por un jardincillo se encuentra SÚ monumento, en él, vemos a la Madre de los pobres,  con rostro sereno y portando en las manos un crucifijo y un libro de oraciones.
          Mis viejas piernas no me permiten estar tanto tiempo de pie, por lo que me marché hacía la Trinidad, concretamente al número  cinco de la calle Santa Lucía,  para visitar la casa donde el treinta de Enero de 1.846 nació María de los Ángeles Guerrero González, que con los años debido a sus virtudes y entrega a los más necesitados subiría a los altares con el nombre de Santa Ángela de la Cruz.
          Este santo lugar, es una sencilla casa de una planta, en la entrada su imagen en escultura, el patio interior con flores y macetas.
         

          La primera estancia a la que se accede, es la habitación donde vino al mundo, hoy convertida en oratorio.
          Rodeamos el patio hasta otra sala, donde se guarda la pila donde recibió el bautizo y que perteneció  a la iglesia de Santa Lucía, también contiene una tarima de dormir, fotos de las primeras casas donde se instalaron y un armario con ropas de la Santa Madre.


          Terminamos en la cocina, que tiene un pozo y que conserva  platos y utensilios para los guisos.
          La visita a este Santuario, acompañados por una simpática monja que da información,  es bastante agradable y la recomiendo para que vengan.
          A Santa no se llega fácilmente, Ella lo logra por una vida de santidad, sacrificio y humildad, trabajando en silencio y con amor a los pobres, enfermos y ancianos.
          Fue tal, el calado de sus obras en el ánimo de todos los estamentos de la sociedad, que cuando Sor Ángela muere en plena República, el Ayuntamiento republicano y anticlerical, que había eliminado del callejero sevillano todos los nombres religiosos, se reunió para aprobar por unanimidad, rotular con el nombre de Sor Ángela de la Cruz a la antigua calle Alcázares.
          Desde sus comienzos en 1875 con tres compañeras, en una habitación de una casa de la calle San Luis, su gran legado actual es la Congregación Hermanas de la Compañía de la Cruz, con más de 50 conventos y 700 hermanas, repartidas por España y otros países.


          

SANTAS JUSTA Y RUFINA



          Ayer al pasear por la Ronda de Capuchinos, recordaba los extramuros de la Híspalis romana. Hoy este escrito lo dedico a estas Santas, muy relacionadas con estos lugares.
          La tradición, que forma parte de la leyenda que rodea a ambas mártires, nos dice, que sufrieron prisión en las cárceles de la Trinidad y martirio en el Anfiteatro, situado cercan al convento de Capuchinos.
          Estamos ante unas Santas especialmente veneradas en Sevilla, son junto con la Virgen de los Reyes copatronas de la ciudad.
          En la Catedral tienen un altar, cuyas imágenes procesionan en la festividad del Corpus, rara es la iglesia o edificio religioso, donde no se encuentre una reproducción de ellas, también han sido pintadas y esculpidas por los más afamados pintores y escultores.
          La calle Santas Patronas en el Arenal están dedicadas a ellas, e individualmente también tienen calles.
          Santas hermanas de corta pero interesantes vidas, y es lo que voy a narrar.
          Justa y Rufina, nacieron en Sevilla en los años 268 y 270, su familia era de religión cristiana y dedicada al oficio de la alfarería, los géneros de loza los vendían en un tenderete que instalaban en el mercado.
          Eran años de dioses paganos, la religión cristiana minoritaria y perseguida.
          Durante una procesión pagana en honor a Venus, la multitud exaltada que la festejaba, se dirigió a las hermanas pidiéndoles unos donativos para la diosa, a lo que estas se negaron alegando que eran cristianas.
          Se origino un gran alboroto, rodando rotos por los suelos, tanto los cacharros de cerámica como la falsa diosa, las detuvieron culpadas de atentar contra los dioses.
          Al ser cristianas, los jueces le impusieron la condición de ser libertadas si renunciaban a su religión.
          Se negaron a ello, siendo encarceladas y torturadas. La prisión no las doblegó, por lo que el Prefecto ordenó que las llevaran andando hasta Sierra Morena, castigo que sufrieron sin renunciar a sus principios religiosos.
          Fueron de nuevo encerradas en la cárcel y condenadas a morir de hambre y sed.

                                      CÁRCELES DE LA IGLESIA DE LA TRINIDAD.
               Justa no pudo aguantar tantas privaciones, falleciendo de inanición, su cadáver fue arrojado a un pozo, siendo recuperado más tarde por el obispo Sabino.
          Rufina que resistía a la muerte, sin beber ni probar bocado, fue llevada al anfiteatro para que fuera devorada por las fieras.
          En la arena, indefensa, solo con su frágil cuerpo, la pobre mártir se encomienda a Dios, mientras el populacho ruge de placer ante el espectáculo.
          Abren el cubil de las fieras y sale un poderoso y fiero león, cuando todos esperan que la despedace de un zarpazo, la bestia se le acerca mansamente, moviendo la cola y lamiendo sus vestiduras se echa a sus pies, como haría un perrillo de compañía, sin hacerle el más mínimo daño.
          El Prefecto romano, lleno de ira y deseando su muerte, mandan que la degollen y quemen su cuerpo. Nuevamente el obispo Sabino consigue recoger sus restos para enterrarla junto con su hermana.
          Era el año 287, tenían diecisiete y diecinueve años respectivamente.
          Fueron canonizadas y su festividad se celebra el 17 de Julio, fecha de sus martirios.

                                         SANTAS JUSTA Y RUFINA DE MURILLO.
            Estas Santas, suelen ser representadas portando palmas como símbolo del martirio, a sus pies objetos de barro en alusión a sus oficios de alfareras y con la Giralda entre las dos. ¿Porque la Giralda?
          La repuesta está en la leyenda que las considera protectoras de la Giralda, se cuenta que en los terremotos habidos en Sevilla, incluyendo el gran terremoto de Lisboa de 1755, en que fueron derribados diversos edificios, la Giralda se mantuvo en pie, al ser sostenida entre sus manos.

NOTA.- MURILLO PINTÓ ESTE CUADRO PARA EL CONVENTO DE CAPUCHINOS. SE PUEDE VER EN EL MUSEO DE BELLAS ARTES.